برقع burqa`
Este tipo de prenda encuentra su origen en los desiertos mucho antes de la llegada del Islam. Tenía dos funciones principales: primero actuaba como protección contra los vientos fuertes. Hombres y mujeres la llevaban en aquellos tiempos y aún lo hacen, y su segunda función está ligada a la protección de las mujeres, ya que el uso de la máscara completa se utilizaba por mujeres únicamente cuando un grupo era asaltado por otro. Estos asaltos involucraban el rapto de mujeres en edad de procrear. El protegerse detrás de esta tela reducía considerablemente la probabilidad de ser raptadas por no ser distinguidas fácilmente de jóvenes o de ancianas en el tumulto del asalto.
Muchos musulmanes creen que el Corán, el libro sagrado del Islam, y las tradiciones recopiladas sobre la vida de Mahoma imponen a los hombres y mujeres vestirse y comportarse de forma humilde en público. Sin embargo, esta imposición (hijab) ha sido interpretada en muchas formas distintas por los teólogos islámicos y las comunidades musulmanas, ya que el uso del burka no es mencionado específicamente en el Corán.
El burka se encuentra en el debate público y es denunciado como un «símbolo de la opresión de la mujer» por parte del Islam, al igual que una serie de prácticas, tales como la «mutilación genital femenina«, los «asesinatos de honor» y los «matrimonios forzados«.
Si bien es un tema cultural no proveniente de las enseñanzas islámicas, los rostros cubiertos de las mujeres están vinculados a los seguidores del Islam. La prenda de vestir que cubre la cara se ha convertido en un tema político controvertido en la Europa Occidental, donde muchos intelectuales y grupos políticos abogan por su prohibición por diversas razones.
En el mes de Julio Estrasburgo Toma palabra en esta forma de vestir que tantas controversias crea para los Occidentales, El Tribunal de Estrasburgo ha avalado la prohibición francesa del uso del burka en espacios públicos, indica que la prohibición general debe aplicarse para el uso del burka o el niqab, por ejemplo: «Fuera de la época de carnaval está prohibido para cualquier persona aparecer enmascarados en las calles, plazas y lugares públicos, salvo que esté autorizado por el alcalde».
¿Que es el burka, ya que no es un traje,?Lo mismo que una bandera: un cartel de propaganda. Llevar el burka es transformarse en una valla publicitaria del islamismo. Es decir, lejos de ser un traje, el burka es un manifiesto político.
Que opinan los que estan a favor que las Mujeres que llevan el Burkan?
Savater en un articulo con fecha de 20 de Junio de 2010.
Si una mujer es obligada a desnudarse por un proxeneta o a cubrirse de pies a cabeza por un imán, debe haber instancias legales que la protejan eficazmente de tales atropellos. Pero si lo hacen de acuerdo a su voluntad, por mal orientada que esté según opinión de algunos, el atropello vendrá de quien se lo prohíba decidiendo que su criterio es mejor que el suyo, como si ellas no tuvieran raciocinio propio en materia ética. O aún peor, de quienes supongan según su prejuicio que cuando se desnudan lo hacen por gozo liberador y cuando se tapan son prisioneras de negras supersticiones. Según la ministra Bibiana Aído, que no es partidaria de la prohibición, las mujeres veladas son «víctimas» con las que no hay que ensañarse, aunque el objetivo gubernamental sea acabar con el burka «en público y en privado». ¿Víctimas? Entonces ¿por qué no las salva? ¿No es humillante considerarlas a todas así, quieran o no? ¿No es una ofensa a su dignidad y a su libertad? ¿Por qué la ministra Aído no se decide ya a declararlas «enfermas» y tratarlas como a los homosexuales en esa clínica catalana que se ofrece a curarlos?
La ciudadanía democrática es un marco abstracto e igualitario para que cada cual intente su concreta realización personal, de acuerdo con su cultura, sus creencias, sus pasiones y manías. Como bien analiza Carlo Galli en su jugoso librito La humanidad multicultural (ed. Katz) no es fácil «mantener juntos, sin síntesis definitivas, los diferentes niveles de las culturas (de los grupos dotados de sentido, de lo común), de lo universal (de todos) y de las individualidades (de los particulares)». Un empeño urgente en nuestras complejas y mestizas sociedades europeas, donde la humanidad concreta «solo puede ser imaginada y producida como crítica universal de los universalismos no críticos y, por igual razón, de los particularismos tribales». Aquí es imprescindible la educación en valores cívicos y una paciente labor social con los inmigrantes, mientras que la actitud prohibicionista es un atajo que ni comprende ni asume ni remedia las irremediables diferencias.
Yo no sé si los diversos velos islámicos representan (sobre todo para quienes los llevan) la «opresión» de lo femenino: el día que me dé por averiguarlo procuraré acudir a fuentes antropológicas más fiables que la señora Sánchez Camacho, CiU y demás criaturas electorales. Tampoco sé si es ofensivo para la dignidad cívica pintarse la cara con los colores nacionales -y aún peor, la de los niños- para ir al fútbol o airear los trapos sucios familiares en programas del corazón. En cambio creo saber en qué consiste la libertad democrática: en aprender a convivir con lo que no nos gusta. Conviene recordarlo ahora que hay tantos paladines dispuestos a todo por defender «nuestros valores», porque hay amores que matan… Personalmente, a mí me desagrada profundamente ver mujeres con burka o niqab, pero procuro recordar que también las señoras que los llevan desaprobarán muchas de mis aficiones que no quisiera ver prohibidas (aunque hay quien lo intenta, desde luego).
«Prohibido prohibir» fue uno de los lemas del ahora denostado -por carcas y arrepentidos, a cual más bobo- Mayo del 68 y acepto desde luego que, tomado literalmente, se trata de una peligrosa exageración. Pero entiendo que su verdadero significado era: «prohibidos los inquisidores que quieren salvarnos de lo que somos, por nuestro bien». Y esta prohibición es de las pocas que siguen en mi devocionario plenamente vigente.
Fernando Savater es escritor.
¿Qué opinan las musulmanas del debate sobre el burka, el niqab y el hiyab ?
(foro marroquies en España )http://maes.blogfree.net/
“Me extraña mucho que estemos hablando de un tema que es de muy poca importancia”, asegura a Sí Chirine Belbaita, una marroquí de 24 años, cuando se le pregunta en la calle su opinión, y añade: “Es un tema político, porque España siempre hace lo que hacen en otros países”.
Esta mujer utiliza hiyab desde hace un año, y aunque reconoce que “aquí no llevaría niqab o burka” porque iba a estar “en el punto de mira”, no encuentra sentido a esta prohibición. “¿Nos han preguntado a nosotras si queremos llevarlo? Creo que deberían hacerlo, porque yo me siento discriminada por el Gobierno”, asegura indignada. Más enfadada aún está Fátima Yacubi, de 40 años. “Para mí, la democracia es libertad, y si hay democracia, debe haberla para todo el mundo por igual. A mí tampoco me gusta ver a gente casi desnuda o a homosexuales, pero yo lo respeto. También tienen que respetar a las mujeres que deciden llevarlo”, afi rma.
Ella empezó a usar pañuelo en 2001, y asegura que está preparándose para algún día llevar niqab. “Es un sentimiento muy fuerte. Da libertad, da paz, da amor. Es un sentimiento más allá. Yo estoy leyendo sobre ello y algún día lo llevaré”, reconoce. “Es algo que la persona elige, pero no lo exige el islam. No está bien que lo prohíban, porque es como vivir al gusto de los demás, no como una quiere. Pero supongo que lo harán por un tema de seguridad, para evitar que se oculten de las cámaras”, refl exiona Nora, de 26 años. Hind tiene 27 años. Mientras da el biberón a su hija, asegura que se alegra de que lo prohíban.
“Estoy de acuerdo, y cuanto antes mejor. Eso no es islam, son tradiciones, y perjudica la imagen de los musulmanes y del islam”, dice. Ella no lleva hiyab, pero no duda de que lo hará “cuando Dios mande”, y asegura que “se siente mal” cuando ve a una mujer con niqab. “Debería también estar prohibido en los países árabes”, sentencia.
Kenza Drider viste niqab desde hace 13 años. ( Edicion el Pais 11 de Abril del 2010 http://elpais.com/diario/2010/04/11/sociedad/1270936802_740215.html )
Estudió tres cursos de Derecho. Cada vez que sale a la calle, o llama a la puerta un vecino, un extraño o el cartero, se pone el velo negro. Lo lleva haciendo 13 años.
Pregunta. ¿Por qué viste así?
Respuesta. Por convicción religiosa.
P. Pero no es una obligación religiosa…
R. Es una elección personal.
P. ¿Qué impulso concreto le llevó a ponérselo un día?
R. Todos estamos en búsqueda de algo. Yo, a veces, me he dicho que podía haber ido por otra lado, haber elegido ponerme un tatuaje, o unpiercing, pero leí libros sobre el islam, sobre la libertad de las mujeres, sobre las mujeres del profeta. Admiro mucho a esas mujeres: estaban emancipadas, eran feministas, y vestían así. Lo hago por acercarme a ellas. No es algo humillante, ni formo parte de una secta. Tal vez pueda darse el caso. Pero no es el mío. Es como si yo fuera fan de Britney Spears, me vestiría como ella, iría como ella por la calle. Hay quienes son góticos, o moteros… Nosotras queremos que nos dejen en paz
P. ¿Antes del burka, cómo vestía?
R. Llevé el pañuelo en la cabeza durante un año. Antes, nada.
P. ¿Y su vida cambió mucho? ¿Va a restaurantes, por ejemplo?
R. Sí, claro. Elijo un sitio apartado, en una esquina, me levanto el velo y como. Juego al fútbol, al tenis, conduzco, voy con mis hijos al mar o al Parque de Atracciones, hago muchas cosas…
P. ¿Y qué es lo que no puede hacer?
R. Ir a la piscina con mis hijos, porque no hay piscina reservada a las mujeres.
P. ¿Sus hijos se extrañan de verla así?
R. Tengo tres hijas, de 12, 10 y ocho años y un hijo de nueve. Y no se extrañan, porque cuando fueron creciendo les expliqué que era una elección libre y personal. Y que ellos podrán hacer lo que quieran. La mayor está en plena crisis de adolescencia. Pero voy a su colegio, salgo con ella, al teatro, y no se molesta: al contrario: está orgullosa. Sabe que libro un combate por mi libertad.
P. Y su marido, ¿qué piensa?
R. Decidí ponerme el burka cuando llevábamos dos años casados. Se extrañó. Compré el velo a escondidas y una mañana, cuando íbamos al supermercado a comprar, de repente me lo puse. Él me preguntó que si iba a ir con eso a la calle y le respondí que sí. Y aceptó. Si a él no le hubiera parecido bien, pues tal vez no me lo habría puesto. Pero él vio que me sentía bien, mucho más realizada. Mi marido es alguien muy abierto, no es un musulmán terrorista que mantiene prisionera a su mujer. Mis padres se enfadaron. Pero luego lo comprendieron. Vieron que no cambié. Nadie cambia por llevar un burka.
P. ¿Qué hará si entra en vigor una ley que prohíbe vestir así?
R. La denunciaré al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En Francia no se puede prohibir que alguien vista como quiera.
P. Los defensores de la ley consideran que el burka atenta contra la dignidad de la mujer
R. Son ellos los que lo dicen. Mi dignidad y mi libertad consisten en llevarlo.
P. ¿Así que usted no respetará esa ley?
R. No. Seguiré saliendo a la calle así.
P: ¿Incluso si le multan con 750 euros?
R. No los pagaré. Los recurriré. Cuando declaré en la Asamblea Nacional les pregunté a los diputados si también van a prohibir el burkaa las mujeres de los príncipes saudíes que se pasean por los Campos Elíseos, si las van a multar o si las van a echar del país. ¿O es que hace falta ser rico para llevar burka ahora?
P. ¿Conoce a otras mujeres con el niqab en Aviñon?
R. Hay dos. Pero no personalmente. Sé que llevan el velo por elección, pero viven más encerradas. Tal vez no tengan una libertad para hablar como la mía.
P. Puede que usted no sea muy representativa…
R. Eso dijeron los diputados de la Asamblea Nacional: usted no es muy representativa.
P. Y puede que otras mujeres sí que sientan herida su dignidad si se les obliga..
R. Hasta ahora, no ha habido ninguna mujer que haya ido a la comisaría a denunciar a su marido por obligarla a llevar el burka. Si hubiera nacido la polémica por ahí, yo lo comprendería. Pero todo esto empezó porque a ciertos políticos no les gusta ver que hay mujeres que visten así.
P. Los defensores de la ley también apelan a que ir por la calle con el rostro tapado es una cuestión de seguridad…
R. Yo llevo once años así y nunca he tenido ningún problema. Si voy a correos, o al banco, o al Ayuntamiento, pues me identifico y enseño el rostro. También si me lo pide un policía si estoy conduciendo. Es lógico. No somos las mujeres con burka las que cometen atentados o queman coches. Es una cuestión religiosa, el Estado dice que no, pero sí lo es, y no puede meterse en eso.
P. ¿Ha tenido problemas desde que empezó la polémica?
R. Me han agredido dos veces. E insultado varias. Me dicen «sucia musulmana» y «vete a tu país», no «Quítate el velo». Pero mi país es Francia
P. ¿Lo va a llevar siempre?
R. Nadie puede saberlo. Ahora quiero llevarlo, y lucharé por hacerlo.
Que opinan los Musulmanes sobre el Burkan?
Europa Press ( Sabado 5 de Julio 2014 http://www.europapress.es/sociedad/noticia-burka-opinan-musulmanes-20140701193046.html
Una encuesta recolectó información entre habitantes de Túnez, Egipto, Irak, Líbano,Pakistán, Arabia Saudita y Turquía. Estos países con población en su mayoría musulmana prefieren, según la encuesta, que las mujeres cubran el cabello en lugar de toda la cara.
Huma Saeed: «Que una mujer lleve burka no significa que sea una víctima»
Huma Saeed, nacida hace 30 años en Afganistán, emigró junto a su familia a Pakistán cuando ella tenía sólo diez años. Ahora vive en Londres y continúa comprometida con la defensa de los derechos de las mujeres afganas. Ha participado en las jornadas «Afganistán, un grito contra la impunidad», organizadas en Barcelona por la Asociación por los Derechos Humanos en Afganistán (ASDHA).
-¿Su abuela tuvo una vida muy distinta a la de las mujeres afganas de ahora?
-Sí y no. En Occidente siempre se habla de la situación de la mujer afgana bajo los talibanes, cuando todo era horrible, estaba prohibido y no teníamos derechos. Es cierto, esto era así, pero cuando cayeron los talibanes en 2001 comenzamos a ganar derechos. Pese a los avances, los retos siguen siendo inmensos. El más importante sigue siendo la seguridad, porque la mayoría de mujeres no se siente segura para hacer las cosas que le gustaría hacer. Además, está la inseguridad causada por la insurgencia o por los señores de la guerra que actualmente están en el poder.
-¿Qué papel juegan los señores de la guerra?
-Están en el Parlamento y mantienen sus fuerzas militares. Afganistán continúa siendo una sociedad muy tradicional, pero los señores de la guerra no son líderes tribales sino que imponen su poder por la fuerza de las armas.
-¿Es cierto que Afganistán continúa siendo como una sociedad medieval?
-En algunos aspectos es como un país de la Edad Media o incluso de antes. Pero estamos en un mundo globalizado y los afganos no están aislados. Saben lo que sucede en el resto del mundo gracias a Internet, la televisión, la radio y los teléfonos móviles. Hay temas muy complicados y los medios occidentales pueden simplificarlos al presentarlos así. Afganistán es un país con una historia y una cultura muy ricas, antiguas y variadas. No hay un único Afganistán.
-¿Qué piensa cuando ve que Afganistán siempre se presenta como un problema?
-Es evidente que hay grandes problemas en Afganistán, pero a veces no se presentan de la forma adecuada. Por ejemplo, como mujer a mi me molesta mucho que la prensa occidental sólo haya dado una imagen de la mujer afgana como silenciada por el burka.
-Tiene razón
-El burka está ahí, pero hay que mirar detrás del burka. Si se hace, se puede encontrar y se encontrará a muchas mujeres que son muy fuertes en su carácter, en su personalidad y en su opinión, que tienen sus dificultades y sus logros. A estas mujeres no se las destaca tanto. Que una mujer lleve burka no significa que sea una víctima. Yo he llevado burka para ir a lugares de Afganistán donde no había otra forma de trabajar.
-Pero el burka simboliza la opresión de la mujer afgana. ¿Son libres las mujeres afganas para quitárselo?
-No hay ningún decreto como el de la época de los talibanes
-¿Y a nivel social?
-Depende. Algunas familias todavía quieren que las mujeres lleven burka. Pero el tema es que el burka se ha interpretado como el mayor logro o fracaso de la libertad de la mujer afgana y en realidad no debería ser así. Insisto: hay que ver qué pasa detrás del burka.
-¿La mujer afgana puede avanzar sin quitarse el burka?
-Desde luego. Centrarse en el burka no lleva a ningún lado. No entiendo porqué la prensa occidental se obsesionado tanto.
-¿Cuánto se tardará en llegar a la igualdad entre hombre y mujer en Afganistán?
-¿Cuánto se ha tardado en lograr esto en España si es que realmente se ha logrado? ¿Y en Estados Unidos? No creo que se haya logrado en ningún lugar, pero si te refieres al tipo de igualdad existente en otros países, en el sentido que las mujeres también puedan elegir, se tardará al menos décadas. Quizás siglos.
-Ha estudiado cómo finalizar con el ciclo de violencia en Afganistán. ¿A qué conclusiones ha llegado?
-Mi estudio se basaba en las comisiones de la verdad al estilo de las que se organizaron en Sudáfrica o El Salvador. Analicé si este sistema se podía aplicar a Afganistán, pero llegué a la conclusión que el país todavía no está listo para algo así. Antes necesitamos que se den las circunstancias políticas adecuadas.
-¿Porqué?
-Una comisión de la verdad tiene que convocarla un presidente, un parlamento o la comunidad internacional. En Afganistán todos ellos miran para otro lado y nadie quiere entrar en algo así, sino mantener un enfoque muy diplomático. En este momento no es posible.
-¿Cuáles serían entonces los pasos para acabar con la violencia?
-Podría ser una comisión de violencia. La fase de documentación ya se está llevando a cabo de algún modo. El primer y más importante problema de Afganistán es político y el establecimiento de una comisión de la verdad es un tema muy político. Necesitamos parar la cultura de impunidad en el país y para hacer eso hay que empezar por quitar a los señores de la guerra del poder. Ahora el foco está sólo en los talibanes. Ellos son «los malos». Pero también hay que actuar en relación a los señores de la guerra que han sido responsables de atrocidades en el país y ahora siguen intimidando a la gente.
-¿Qué hacen al respecto los países occidentales?
– Les apoyaron para echar a los talibanes y a cambio les prometieron cosas. La comunidad internacional tuvo la ocasión de hacer algo significativo en Afganistán, pero en lugar de apartar a los señores de la guerra se les dio el poder. En cierto modo lo habían perdido, después de tantos años de guerra civil y de talibanes, pero se perdió la oportunidad.
-El presidente Karzai tampoco parece el hombre adecuado para hacerlo
-Evidentemente que no. Ni lo es ni lo será. Está comprometido con los señores de la guerra y ha hecho todo lo posible para asegurarse que estén en el Parlamento. La comunidad internacional admite que son señores de la guerra, que son problemáticos y que a la población no le gustan, pero dicen que en este momento es más importante la estabilidad que la justicia. Esta es la razón que ha dado la OTAN y la comunidad internacional todos estos años, pero no tenemos estabilidad ni justicia. Creo que es una asunción completamente falsa que se pueda lograr primero la estabilidad y después la justicia. Van de la mano: la una no puede producirse sin la otra.
-¿El papel de la sociedad civil también es clave?
-La sociedad civil también puede jugar un papel clave en Afganistán. Actualmente es muy débil y dividida. Pero es algo que quiero estudiar. Necesitamos la unidad de la sociedad civi
Es el Islam una sociedad Matriarcal contra del Pensamiento de todo el Mundo en el que el Patriarcado condena a sus Mujeres en nombre de Dios?
Que piensan algunos Hombres del Papel de la Mujer en el Islam ?
Es el Islam un Matriarcado que se esconde tras un burkan ?
El Islam: una religión matriarcal que castra y esclaviza a los hombres (“Varonismo”, 16/06/2013) http://entrefachasyrojos.com/?p=1552
Tenemos la imagen de que la civilización islámica está conformada por hombres salvajemente machistas que tratan a sus esposas como animales que les pertenecen por completo y con las cuales pueden hacer lo que quieren. También los medios de comunicación de Occidente nos cuentan que el hombre musulmán posee privilegios ultra machistas como casarse hasta con cuatro mujeres si puede mantenerlas creando así su pequeño harem con prisioneras sexuales que lo complacerán. Nos cuentan que el hombre compra a la mujer a cambio de un dote (una suma de dinero) que se paga a los padres de la novia, mientras la mujer no tiene ni el más mínimo derecho a oponerse al matrimonio.
También balbucean que la mujer no tiene derecho a trabajar salvo que lo autorice el marido. Y que tampoco tiene derecho a poseer propiedad ni heredar bienes. Nos cuentan que la mujer a pesar de ser maltratada, violada, golpeada y pisoteada por su esposo sadista; no tiene ninguna escapatoria de esta esclavitud infernal ya que no existe el divorcio en el Islam.
Esta imagen es la que tienen casi todos los hombres y mujeres que viven el Occidente gracias a los medios de telecomunicación que nos informan sobra la vida dentro del mundo islámico. Pero no es todo, lo que mas inquieta a muchas personas en el Occidente son las injustas leyes islámicas en los países donde rige la Ley de Sharia según las cuales la mujer acusada de adulterio o incluso de la mera fornicación (sexo prematrimonial) puede ser condenada a lapidación o, en el mejor de los casos, a sufrir azotes con marcas perpetuas. Mientras, nos cuentan, no sucede nada con los hombres que estaban involucrados en el adulterio o la fornicación.
Todo esto es lo que nos contaron de esta religión supuestamente misógina e injusta con las mujeres gracias nuestros medios de comunicación y también a la extensa propaganda feministaque pretenden mostrar que el Islam es extremadamente cruel con las mujeres, y que los hombres musulmanes gozan de extraordinarios privilegios frente a la mujer que apenas tiene derechos.
Esta es la versión oficial que es completamente falaz; pero veamos cómo están las cosas en realidad en el Islam al respecto de las relaciones hombre-mujer.
Y la dura realidad después de haber revisado punto por punto todos los aspectos más básicos de estas relaciones nos muestra que el Islam es una religión matriarcal, castrativa, misándrica y completamente anti-varón. Las mujeres musulmanas poseen espectaculares privilegios. En cambio, el varón es un autentico esclavo con enormes OBLIGACIONES y prácticamente nulos DERECHOS una vez que está en el matrimonio más castrativo y matriarcal que solo puede existir sobre la tierra. Y estos hombres-esclavos que se casan pueden considerarse como muy felices, ya que muchos otros no pueden hacerlo debido a la falta de ingresos y vivirán con mucho sufrimiento estando completamente excluidos de tener sexo con las mujeres y sin poder dejar la descendencia. Esta es la cruda realidad del Islam que nos trataban de ocultar.
Matrimonio polígamo y la Burbuja de Mujeres que deja excluidos del sexo y la descendencia a la mayoría de los varones
“El matrimonio polígamo y los muy costosos dotes dejan a millones de hombres directamente excluidos que jamás se casaran, lo que a su vez estimula el radicalismo”.
Una de las cosas que mas se critique al Islam desde la ideología progre-feminista es de la familia polígama que permite al hombre casarse con dos, tres y hasta cuanto esposa, siempre y cuando sea lo suficientemente rico para pagar el costoso dote a cada una y después mantenerlas a ellas y sus hijos. Estas normas se establecieron en el Corán en el siglo siete y se proliferan a todos lados hasta donde llego a expandirse el Islam, que desde el primer día nació como una religión radicalmente expansiva y agresiva contra todos aquello que no la compartan. Las feministas critican a la familia polígama como una forma extrema del machismo patriarcal donde el hombre obtiene prácticamente un “pequeño harem con esclavas sexuales” para su propio placer, diciendo que esto perjudica terriblemente a la mujer.
Pero veamos a quien realmente ha perjudicado más este “modelo de familia”:
Naturalmente en promedio por cada 100 mujeres nacen 105 varones, lo que supone que a los 20 años habrá un 5% más de hombres que no encontraran pareja incluso dentro de un sistema monógamo, pero en un sistema polígamo de familia si un hombre rico tendrá cuatro esposas, como contraparte los tres hombres pobres no tendrán ninguna. Este era el modelo socio-familiar que regia en el Islam durante siglos desde su creación y lo que causaba era que una clase adinerada tenía más de una esposa. Las clases medias con suerte llegaban a una, en cambio las clases bajas (que siempre eran muy numerosas) no tenían ni una sola, lo cual les causaba una terrible desesperación ya que quedaban completamente excluidos de tener sexo con mujeres y poder dejar descendencia. Lo que llevo aumentar infinitamente mas los desequilibrios en el valor entre los hombres y mujeres, algo que ya hemos explicado muy bien en el articulo sobre la prostitucion, demostrando que incluso en las sociedades relativamente libres, debido a las diferencias naturales(que se debe en primer lugar a la potente selección natural en las mujeres, para eligir al mejor hombre) entre hombres y mujeres se infla una verdadera Burbuja Sexual que solo una prostitucion de gran escala (un mercado de competencia) puede desinflar